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El proyecto docente "Aprendizaje Servicio en el ámbito de la optometría" galardonado con la la distinción Jaume Vicens Vives

04/09/2017

Las distinciones se entregarán el próximo 8 de septiembre, durante el acto de inauguración del curso universitario, presidido por M.H. Sr. Carles Puigdemont, president de la Generalitat de Catalunya

La distinción Jaume Vicens Vives a la calidad docente universitaria se creó en 1996 y tiene la finalidad de premiar la excelencia en la docencia universitaria. Las candidaturas las presentan los consejos sociales de las universidades públicas catalanas, o los órganos equivalentes de las universidades privadas, y la propuesta se tramita a través de la secretaría del Consejo Interuniversitario de Catalunya (CIC).

En la edición 2017, la tarea docente del profesorado de la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa (FFOT) en el proyecto Aprendizaje Servicio en el ámbito de la optometría, desarrollado en el Centro Universitario de la Visión de la Universitat Politècnica de Catalunya recibirá la distinción Jaume Vicens Vives, como premio colectivo , "por el desarrollo pionero de la metodología docente "aprendizaje-servicio", que permite consolidar y poner en práctica los conocimientos teóricos con la atención a usuarios, principalmente personas en riesgo de exclusión social, del Centro Universitario de la Visión, práctica que acerca los futuros graduados al entorno real de la sociedad a la vez que contribuye a formarlos en competencias clínicas como profesionales sanitarios responsables y comprometidos socialmente".

Aprendizaje servicio: valores humanos y valores educativos

En una profesión sanitaria es necesario que el proceso de formación no esté alejado del entorno real de la sociedad, por lo que el proceso educativo debe ir más allá de las aulas para facilitar la formación, en conexión directa con el entorno. En este contexto, el aprendizaje servicio es una herramienta clave en la formación sanitaria, dado que permite aprender mientras se presta un servicio directo a la sociedad.

Una manera de que el estudiante viva situaciones reales y aprenda con la experiencia propia es participando en proyectos sociales directamente ligados a su futura profesión. Ver el fruto de su acción durante el periodo de aprendizaje los hace crecer como ciudadanos y como futuros profesionales. Además, la formación basada en la experiencia impacta de manera más efectiva en la adquisición de habilidades: para aprender hay que hacer.

En el proceso basado en el aprendizaje-servicio no sólo se consolidan y se ponen en práctica los conocimientos adquiridos durante los estudios de óptica y optometría si no que se consolidan, como competencias transversales, destrezas personales como la empatía y el espíritu crítico, y se promueven y consolidan actitudes cívicas como la responsabilidad, la participación, la tolerancia, la profesionalidad o el trabajo orientado al bien común. Esto forma parte de la misión de formar ópticos optometristas como profesionales sanitarios responsables y comprometidos, capaces de vivir y de convivir en sociedad, que corresponde a la intención de construir ciudadanía activa desde la universidad pública.

En el aprendizaje servicio también encontramos una manera de devolver a la sociedad lo que ésta nos da. Un retorno en forma de servicio directo a un colectivo con necesidades específicas, que de otra manera no recibiría.

Orígenes y evolución del aprendizaje servicio en la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa

En 1992 el primer director de la Escuela de Óptica y Optometría de Terrassa (actualmente Facultad) Joan Salvadó planteó la necesidad de que los diplomados adquirieran experiencia clínica, más allá de la que podían recibir los laboratorios de la Escuela con pacientes internos o conocidos de los propios estudiantes. El reto era atraer pacientes con necesidades reales y poder resolver sus demandas visuales de manera efectiva.

El prof. Salvadó hizo un planteamiento a tres bandas que fue la semilla de la docencia clínica actual: por un lado, propuso al Ayuntamiento de Terrassa que, a través de sus servicios sociales, derivara personas con problemas visuales que no podían hacer frente al pago de unas gafas en un establecimiento de óptica convencional.

Por otra parte, contactó con empresas del sector para que facilitaran monturas y lentes para poder cubrir las necesidades visuales de estos pacientes. Y por último organizó, a través de la asignatura de Optometría y Contactología Clínica, que los estudiantes, supervisados por el profesorado, atendieran a los pacientes en todo el proceso, desde la atención al gabinete hasta la entrega final de las gafas.

Actualmente, son 10 las asignaturas de grado y máster que se basan en el modelo de aprendizaje y servicio. El número de empresas que proporciona material sin coste ha crecido hasta las 14 actuales.